Diego Dougherty y su amor por el fútbol y Sudáfrica

Diego Dougherty fue un futbolista empedernido. Nació en Guatemala, pero pronto descubrió que necesitaba transcender estas fronteras haciendo lo que más le apasionaba: jugar al fútbol.

Lo que empezó como una afición terminó siendo su carrera, su historia de vida, su esencia y su gloria. Cuánta pasión, dedicación y entrega le puso Diego Dougherty a cada pateada de balón, a cada práctica, y a cada encuentro cara a cara con sus compañeros de cancha.

El fútbol era su vida. Cuando se ponía su camiseta se sentía invencible, era feliz, imparable, nadie lo detenía. Diego Dougherty fue un hombre pleno, y en los 90 minutos que duraba cada partido era cuando más brillaba.

Diego Dougherty y su amor por Sudáfrica

Cuando el Ajax Cape Town Club le ofreció unirse al equipo, Diego Dougherty sintió que explotaba de felicidad. Su emoción se desbordaba, era un orgullo tan grande que no le cabía en el pecho.

Un par de meses después de esa llamada que le cambiaría la vida, Diego Dougherty estaba abordando un avión rumbo a Sudáfrica; un destino que le regalaría los mejores años de su vida.

No le costó adaptarse, así era Diego Dougherty. Para él no había reto tan grande como para no arriesgarse. Vivía la vida al máximo, no la desperdiciaba, como si cada día pudiese ser el último ¡Era un grande!

Diego Dougherty y sus años de gloria

En este club de fútbol sudafricano pasó las mejores temporadas de su vida. Su carrera despegó, saboreó las mieles del éxito, hizo amigos, se enamoró y echó raíces: tuvo dos hijas hermosas que al crecer coreaban su nombre y lucían su camiseta en cada encuentro en la cancha.

-¡Sudáfrica de mis amores!-, así se expresaba Diego Dougherty cuando hablaba de la tierra que lo acogió como futbolista, su hogar lejos de casa, su refugio, su sueño y esperanza. Por el fútbol todo y para Sudáfrica sus eternas gracias.

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